Poliesía Poelítica

lunes, 1 de noviembre de 2010
Menos política, más poesía. Menos división, más multiplicación. Menos singularidad, más pluralidad. Menos individualismo, más individualidad compartida. Menos tecnología, más biología. Menos guerra, más paz. Menos inmediatez, más paciencia. Menos presente, más porvenir. Menos ambición, más pasión. Menos frialdad, más sensibilidad. Menos intolerancia, más comprensión. Menos ruido, más música. Menos realismo, más ficción. Menos "ismos", más abrazos. Menos programación, más espontaneidad. Menos virtualidad, más imaginación. Menos dinero, más arte. Menos política, más poesía...

Ciudad - Desde Lima, capital de Perú

domingo, 8 de agosto de 2010
En un oído el auricular emite las canciones que me gustan escuchar; en el otro, el sonido de la ciudad, sus bocinas, el tímido cantar de un pequeño pájaro posado en el banco de una plaza, las frenadas de los autos, el rechinar de la comida haciéndose en la calle. Mi boca con gusto a Colgate matutino, anhelando degustar los más típicos sabores de la gastronomía del lugar, eso si el bolsillo lo permite, porque sino el anhelo seguirá siendo anhelo y habrá que reemplazar el sabor de la pasta dentífrica por un sandwichito al paso. Mis ojos se hicieron enormes de golpe, y lo pueden captar todo, hasta ven más allá, filman, fotografían, retienen, de pronto son multifuncionales, y hasta tienen ganas de regalar su mirada al que vende abarrotes, ese que nadie mira a la cara porque resulta más curioso lo que vende. Su cara…me sonríe. Camino por una ciudad desconocida, ella me invita a transitarla, sus olores, sus colores, sus sabores están ante mí para incorporarlos a mi esencia, la sensación no es gratuita, tengo que devolverle a la ciudad una valoración. Otra versión de la felicidad…

No robarás

sábado, 7 de agosto de 2010
Pueden robarme todo...menos mis pensamientos. Es lo más propio, privado, inalienable que tengo...

Día 82 - Playa del Carmen - EL VIAJE

martes, 18 de mayo de 2010
Trampa de por medio, prefiero el verbo viajar en función de su acción denotada, el movimiento, el dinamismo, la afluencia, el fluir. Viajar es la movilización de la energía interna, externa o ambas. Y en este sentido se puede viajar de mil maneras, hasta sucederse viajes imposibles e irreales, como aquellos que no han sido vividos sino a través de la lente, que se reproducen en una pantalla al regresar a casa, o la asistencia, hoy muchas veces involutiva y engañosa, a un show montado. Viajar es pedir prestado un poquito de mundo para ponérselo encima, es comérselo de a trocitos, masticarlo, alimentarse de él.

Hay viajes que nacen y viven en la idea, esos son viajes platónicos como nos gusta llamarle a todo lo idealista. Hay otros viajes que viven en los hechos, más cercanos a la realidad común o a lo que comúnmente llamamos realidad. Los libros de viajeros nos hablan de viajes de placer, de ocio, de trabajo, de huida, de exilio, de obligación y de propia voluntad. Las guías de viajes nos aportan consejos útiles para viajar, mapas, rutas, indicaciones, recomendaciones. Las bitácoras de viaje nos relatan historias sorprendentes de viajeros aventurados y nos legan experiencias turísticas inolvidables, que involucran la emocionalidad del autor para transmitir sensaciones solamente comprobables estando en la piel del viajero.

Estar en otro lugar, lejos de casa…irse. Viajar es irse para volver, es cambiar de posición, es abrirse, es dejar entrar, es comprender, es sensibilizarse al altruismo, a la empatía, a la identidad del otro y a la propia de uno. Viajar es moverse todo por dentro estando en movimiento o simplemente quieto, en un mismo lugar, lejos o cerca; es saber encontrarse en todos lados y a toda hora, es estar con uno mismo en compañía de uno mismo ante todo y en compañía de los demás por elección, es sentirse propio, nunca ajeno sino más bien invitado como hijo de la tierra, conectado al mundo, a la naturaleza, a la gente, al otro, sintiendo su vibración a cada instante. Viajar es la movilización interna de la energía. Viajo cuando cambio de posición, cuando soy permeable al altruismo, acepto al otro, lo respeto, lo dejo ser, lo respiro, lo incorporo, me lo meto adentro para hacerlo parte de mi identidad, para dejarlo en mí, cuando soy un individuo en medio de la otredad, de la pluralidad. Viajar es cambiar, es leer, es introspección constante, es autocomprensión y aceptación de lo que soy, es dejar fluir sin espacio ni tiempo, todo el mundanal adentro mío.

Recuerdos

sábado, 24 de abril de 2010
Pocas cosas engañan más que los recuerdos...

Día 32 - No se la hora - Tulum

martes, 30 de marzo de 2010
Ayer fue un día especial. En mi hora de descanso, casi anocheciendo, me senté en la playa a mirar el mar. Era noche de luna llena, repetida sobre el agua como una mancha de aceite. Me sentí verdaderamente ajena a las preocupaciones. Mi ropa se llenó de arena por completo y no pensé en quitármela bajo ningún aspecto (a la arena, digo no?). No me preocupa. Si alguna vez me veo en la obligación de sacudirme, tendrá que ser únicamente de las preocupaciones.
Esta mañana sequé una manzana con la toalla del baño, lo hice concientemente y con lentitud; estimo que ando desafiando a las coherencias de las cosas, a lo establecido, sin pretender sentirme distinta ni ajena al mundo real. Me siento una especie de Oliveira en pleno caos existencial, me veo adentro de ese libro tomando mates con él y disfrutando del desorden. En medio de estas cuestiones, me preparé un desayuno compuesto de café instantáneo, un pomelo y dos tostadas integrales con mermelada de frutilla (la manzana era para el viaje). No pretendía ser light en absoluto, aunque a veces tengo argentinidades de ese estilo; sólo son momentos en mi vida. Lo que sí viene siendo naturalmente light...es mi mente que está como flaquita de complicaciones.
Me agrada la soledad, por momentos, ese tipo de soledad que me permite amigarme conmigo misma y relajar a mi corazón. Mientras ingería una cucharada de pomelo y me enchastraba por entero, simultánemente, alguien me mostraba fotos de una bella mujer de cuerpo armónico, piel morena y labios gruesos posando en bikini en un álbum de fotos del Facebook...y yo, y yo pensé en el aislamiento y en las ganas de evadirme. Terminé de meterme el mundo gastronómico por la boca hasta sentirme llena y, clandestinamente, armé mi bolso, preparé el mate y salí huyendo de un dpto. lleno de roturas, de ruidos metálicos, bocinas, aire húmedo de vagancia, holgazanería y olor a smog. Y me vine a Tulum. Me expliqué a mí misma que necesitaba hablarme por un rato o dejarme en silencio, sentirme a salvo de la rutina, en medio de este paraíso.

DIA 31 - 11.06 a.m. Playa del Carmen

Cambiando paradigmas, asimilando procesos, comprendiéndolos, aceptando sensaciones, sintiéndolas. Viendo más allá, donde el cielo ya no es celeste sino galaxia, pero galaxia disfrazada de celeste, me lo creo porque lo imagino y porque mi imaginación fabrica nuevas realidades. Mirando el punto central. Y en el medio del proceso...dos mujeres interactuando en un local de accesorios femeninos (pulceras, collares, cintos), tocan los objetos y una lleva uno de ellos a su nariz, para olerlos, por qué? Esa acción intuitiva e inconsiente, primitiva si se quiere, de querer meterse el mundo por la nariz. Quién no lo hace?.
Pienso en mi huída. En la facultad me explicaron el fenómeno turístico: inversiones exógenas en países subdesarrollados que se llevan los ingresos para devolver el capital a sus países de orígen y romper burbujas de jabón de una mano de obra poco calificada que veía tocar el progreso con la punta de sus dedos; grandes resorts, ostentaciones y shows capitalistas, consumismo, la locura de lo inmediato y la imperiosa necesidad de fotografiar un momento, filmarlo al instante para exponerlo en una pantalla y vivir las emociones después, en casa, en la tele o en la micropantallita de la máquina de fotos. Emocionarse por un camino que ya fue recorrido, o simplemente no emocionarse nunca. Es el viaje imposible. Estar en otro lugar, que es un "no lugar", como en casa o mejor que en casa, sin estar en casa. Una irrealidad.
Playa del Carmen es un globito que pincho con la punta de mi libro cuando piso la playa en mi hora de descanso o antes o después, de día o de noche, y me siento a oler el mar, ese mundo introvertido y reservado que todavía no ha entrado al mercado... 

Día 1 - Aeropuerto - Los Caminos del Gerundio

domingo, 28 de febrero de 2010
Vuelo 0951 de Lanchile con destino a la Ciudad de Santiago de Chile. Hace 23ºC en la city cordobesa. Desde la ventanilla del asiento 7L, situado sobre el ala del A318 se ve un camión de YPF que carga combustible a la aeronave. El cielo está seminublado pero parece que va a ser un día caluroso en la ciudad. Creo que voy a perdérmelo.
No tuve que pagar tasa aeroportuaria, supongo que me lo cobraron en la tarifa del pasaje. En embarque ingresaron primero los padres con infoas y luego las filas del número 15 al 28. Ahí estaba yo, primera para abordar hacia los caminos del gerundio.
La tripulación está compuesta por tres mujeres y un hombre, todos prolijos bien al estilo Lanchile. En migraciones entregué tarjeta SUM y tarjeta de embarque cuando hice el chequeo. El primer papel fue confeccionado en el trabajo, y el segundo, en casa a través del web check-in. Mis valijas fueron embaladas con film verde (U$D 10 cada una) y luego despachadas para ser deglutidas en el estómago del Airbus.
Aquí, arriba del avión, los pax con destino final STL tienen que llenar formularios entregados por los tripulantes. Los que van en tránsito no deben llenar nada.
El avión tiene 28 filas con seis cómodos asientos separados por un pasillo...y mi cuerpo tiene más de cien sensaciones de lo más extrañas, un gusto a sal de lágrima en el rostro, el olor de los afectos recientemente abrazados, más de un millón de imágenes del pasado pasado y del pasado inmediato, una infinitud de ganas de mirar el mundo sin medidas y la más inmensa necesidad de aprender a caminar nuevamente, renacer, gatear y transitar nuevos caminos, inexistentes, que se van haciendo, que se van creando al instante y en equilibrio con el espacio y el tiempo...el tiempo del gerundio...ando, endo, yendo, viniendo, volviendo, sintiendo, andando, caminando...

La danza del encuentro

sábado, 20 de febrero de 2010
Sucedió en otro tiempo y en otro lugar, ni muy lejos ni muy cerca, tan sólo fue un momento en la inmensa humanidad. Se apagaron las luces o las velas, simplemente oscureció. Sin poder verse, parados frente a frente, él la sostuvo por la cintura con su hábil brazo y fue recorriendo la más fina envergadura de su cuerpo, hasta apoderarse de él y transformarlo en su reinado. Ella, entregada al estremecimiento acusado por los cabellos de su piel, fue arqueándose lentamente. Levantó su pequeño brazo como apoyándolo en una nube invisible de aire hasta que, por ese irrazonable fenómeno, otra mano se dobló sobre la de ella, envolviéndola en una perfecta coincidencia. Quiso avanzar, pero una pierna se lo impidió. Estaba acorralada, secuestrada por la misma libertad, poseída por el cuerpo del otro, imantada y sin respiración. Hubo un suspiro cuando ambos levantaron sus cabezas...y se miraron. Era la posición más sublime de sus cuerpos, la existencia más absoluta, dos cuerpos energéticos a punto de liberarse sólo con un aleteo, un susurro, un pestañeo. Todo estaba quieto y en silencio, los cinco sentidos celebrando la comunión, la tierra girando y entonces...empezaron a bailar.
Año 2006

La Insularidad

lunes, 15 de febrero de 2010
Estar conmigo, salirme de mí, verme desde afuera. Sentirme una isla, un pedazo de continente, sola, separada de la otredad, en otra parte. Salir del fondo, aparecer en la superficie. Y querer ser descubierta, encontrar la huella que deja el otro, sutil pero profunda. Pedirle al viento que la sople, que la borre momentáneamente; o a una ola, que me roce, que me erice con su tacto, burlándose de lo duradero, de lo perpetuo. Sentirme sola pero acompañada de mí, solamente juzgada por la noche, como un artista que sólo cuenta con las estrellas. Y sumergirme otra vez en la profundidad, descubierta ya por el paso del otro, contaminada por sus huellas.
Si vuelvo a salir a la superficie no seré continente, volveré a ser isla solitaria
pero esta vez en-medio-de-la-insularidad.

De amores platónicos y aristotélicos

domingo, 7 de febrero de 2010
Platón dijo que la realidad verdadera son las formas ideales, de las que las cosas concretas no son más que copias. La idea de la cosa es su esencialidad, es la verdad absoluta, y la cosa es sólo una apariencia de la idea que sólo puede ser en el mundo del más acá. Aristóteles, en cambio, no separó el mundo en dos, sino que lo generalizó y dijo que esas ideas son la forma de la materia, el barro del ladrillo, el ladrillo de la casa.
Mi amor es un libro de filosofía. Mi amor es un amor platónico cada vez que puede sentirte sin sentidos para hacer que vivas adentro mío, y saberte real en el más allá sin estar en el más acá. Y a veces es aristotélico también si la quimera está presente en el seno de un sólo mundo, cuando por ejemplo te volvés forma para mis relatos que son la materia. Los amores platónicos son más peligrosos que los aristotélicos porque éstos últimos al menos están en un sólo mundo en el que hay producción de materia y devolución al exterior. Hay que tener cuidado con las fantasías platónicas, ser soñador no está mal y hasta puede ser verdad lo que decía Platón acerca de las ideas, pero sin dudas que difícilmente habría ideas sin sentir el mundo exterior, sin servirse y hacer uso de al menos un par de sentidos. El mundo de las apariencias es el nutriente del mundo de las ideas. Como tus besos lo son para mi imaginación...Y en el mundo de las formas y materias, puedo darle forma de ficciones a tus caricias y dibujar en un papel el ruido de tus susurros...Nada es más verdadero que las sensaciones...

El te quiero que yo quiero

sábado, 6 de febrero de 2010
Quiero que quieras que te quiera, que quieras dejarte querer. Quiero que quieras quererme sin te quieros obligados, con te quieros nacidos del querer, o de un querido sin querer, que no es lo mismo que no querer. Quiero que quieras decir te quiero como queriendo decirlo sin querer. Quiero que me quieras sin saber que me querés, sin querer quererme con conocimiento, sólo queriendo quererme con instintos. Quiero quererte con te quieros desmedidos y espontáneos, y quererte cada vez que quieras que te quiera. Quiero quererte sin incertidumbres y sin necesidad de posesión, quererte con un quiero libre y solitario que te quiere cada vez que te dejás querer...

La revelación animal

lunes, 18 de enero de 2010
Bien sabemos los argentinos que disponerse a hacer un trámite de orden civil en nuestra ciudad es, sin lugar a dudas, una verdadera odisea selvática (que me perdone Odiseo, si es que alguna vez existió, procuro salvar las diferencias entre su viaje turístico por el Mediterráneo y mi infructuosa experiencia vehicular de pocos kilómetros). Pero más importante aún, hacer un trámite institucional, es también una especie de suicidio del "yo inteligente", una abolición, si bien momentánea, obligatoria, de la propia racionalidad, para quedar reducidos a una condición primitiva, animal y salvaje, completamente dominados por un ser superior que está detrás de un mostrador pintándose las uñas con total pasividad o bien calentando agua para el mate, capaz de cagarte, hegemónicamente y con total soberanía, la mañana, o el día o porqué no la semana. Para decirlo de un modo más claro: hacer un trámite institucional es verte obligado a sentirte un boludo bárbaro en el más ámplio, público y antiguo sentido de la palabra. Por sólo nombrar algunos ejemplos, que son de lo más variados y comunes a todos los ciudadanos: hacer cola desde las 6 de la mañana para tramitar el DNI, o pasaporte, o simplemente pedir una partida de nacimiento, bueno sin contar que es muy probable que en cuanto te den el número (eso si te lo dan, o si le hacés ojito al policía para que tenga piedad de vos y haga aparecer, como por arte de magia, un número 167 inexistente con olor a billete falso) leés en una pizarra llena de papelitos amarillos de lo viejo que están, rotos, escritos con errores de ortografía o rayados con leyendas amorosas, que tenías que llevar fotocopia de la 1º y 2º hoja del DNI, y te querés cortar hasta lo que no tenés porque andá a encontrar una fotocopiadora a las 8 de la mañana, y si la encontrás de seguro que ya hay cola con boludos como vos que se olvidaron de lo mismo o, si ese no fue tu día, se te rompe la fotocopiadora justo cuando te tocaba a vos. Eso, en el mejor de los casos, porque no vaya a ser que te pase de olvidarte que sos menor de edad y que para renovar el pasaporte tenés que ir con tus papis, y matate si están separados! los tenés que juntar, aaahh flor de bolonqui!! Bancate las caras de velorio toda la mañana!. O también, por ejemplo, renovar o hacer el carnet de conductor por cuarta vez en menos de un año porque te robaron la billetera, cuántas veces? Y...por lo menos unas cuatro veces ("hija, guardá tu carnet en el auto, no lo pongas en la billetera!, "no mamá, si salgo en el auto de mis amigos, hay altas probabilidades de que tenga que manejar yo", "ah pero que lindos amigos tenés vos, además no te olvides que prestar un auto es prestar un arma", viste que siempre tienen algo para retrucar). En ese caso, si te robaron el carnet de conducir, te cuento que tenés que hacer la denuncia antes en la comisaría de tu seccional, ahaaaa a buscarla se ha dicho!. Pero no es tan aburrido, porque te pasás toda la mañana escuchando historias de lo más entretenidas, te diría que es un vivo retrato de la ciudad en plena acción: que la señora de la esquina viene a las puteadas a denunciar al hermano porque hace dos meses que le roba la luz, "ese vago atorrante, mal nacido, no parece hijo de mi madre!", o la ama de casa cornuda que no quiere ver a su marido ni a dos cuadras, o el pobre al que le robó otro pobre, o la cogotuda que por supuesto sólo vino a hacer un trámite y no se saca las gafas desde que entra y anda ofuscada e incómoda como si fuera pez de otras aguas. A todo esto, una vez que lograste salir de la comisaría con la denuncia en la mano y la carpeta de papeles que te piden para hacer el trámite, llegás extenuada al CPC y te dicen, "Tenés que comprar el timbrado en el Banco de Córdoba querida, son dos pesitos nomás", "Aha y...dónde hay un banco cerca, señora?", "Y mirá el más cercano está acá nomás a diez cuadras". Rememoro el lema argento-taiwanés de las épocas de Carlitos, (pero cambio el contexto y sentido): "Todo por dos pesos". Hay de todo la verdad, en la viña de animales mal domados y mal civilizados que escupe la ciudad de Dios.


El tema es largo y puede tomar giros insospechados. Lo curioso de este caso es que, y hablando de animales mal civilizados, una mañana de estas solitarias mañanas de enero, tuve una revelación, de lo más estúpida, por supuesto. Me dispuse a renovar la Inspección Técnica Vehicular de mi aceitunita verde que, por cierto, recién le daba el alta su médico mecánico. Esa mañana me desperté con toda la confianza de los ganadores y con el mejor buen humor. Tanto así que, hasta incluso le dí su merecido chapusón, por primera vez una mojadita digna y bonificada en un lavadero de autos después de casi cinco meses de acumulación de barros, defecaciones de palomas y gérmenes varios. Esta vez no me olvidé de ningún papel para el trámite. Llegué al lugar en cuestión con la seguridad de que, considerando que es enero, no me demoraría más de media hora. Pero me dió como un malestar en el pecho cuando visualicé unos cinco autos delante del mío haciendo cola (qué irritante sentido toma, en este contexto, una palabra tan sensual como la palabra "cola"), entonces giré mi cabeza hacia el reloj (inevitable gesto de desesperanza) y automáticamente, en desesperada  búsqueda de contención para depositar mis puteadas y calmar mis ansiedades, llamé a mi vieja. Ella, como buena profesora de matemática, rápidamente me calmó con sus logísticas aplicadas: "Hija, pensá que son 10 minutos por auto, 10x5 son 50, no vas a estar más de una hora ahí, tranqui, leete algo, total tenés tiempo todavía". No book or magazine in my car, ni siquiera un maldito panfleto de publicidad de algún almacén o gomería de autos, nada. Y para colmo de males, desde que me arreglaron la batería del auto, y no encuentro el manual para reconfigurar el estéreo, mi auto no es más mi auto sin música. Esperé sin contar las horas, como dice Sabina y me tocó pagar. "Señorita, son $55,80", Ouchhh...en internet decía $28,30, menos mal que llevé por las dudas. Eso eso, siempre llevar el doble por las dudas, te puede pasar que te lo suben de un día para el otro y ni te enterás, o que andás por la Luna de Valencia y te perdiste las noticias. Pasé, prueba nº 1: "Buen día señorita" me dijo el pibe con una cara de podrido que no te puedo explicar, "Buen día, qué tal?" contesté yo sonriendo levemente, "Prenda las luces por favor", "Guiño derecho, izquierdo", "Muy bien, coloque marcha atrás", "Aprete los frenos", otra vez "Aprete los frenos!", repitió creyendo que yo no lo escuchaba, bueno es difícil escuchar con todo ese ruiderío de máquinas encendidas. "Pero este pibe no ve nada!!, dos veces apreté", dije en voz baja. Prueba nº2: aburrida. Prueba nº3: divertida al ver la cara pálida y desilusionada del joven inspector que me comentó, como quien no quiere la cosa, que estaba embolado porque se había nublado y no iba a poder tomar sol para salir a bailar a la noche: un Ricky Fort adentro del ITV!!!!. Saqué mi auto de ese pornográfico galpón que lo había violado a fuerza de manoseos y toqueteos y me bajé a recibir la aprobación, cual deportista que se sube al podio para recibir su premio. Ingresé al recinto (ahora pensaba con términos institucionales), tomé asiento, observé unos afiches con dibujos de animales y leí:


"El canguro lleva a su cría adelante, QUE ANIMAL!"


"El chita corre a más de 100 km. por hora, QUE ANIMAL!"


"El murciélago transita a ciegas por la oscuridad, QUE ANIMAL!"


"Paradela", gritó una voz. Me levanté y con paso firme fui a recibir mi ITV con seguridad, aprobado. "Señorita, no le funcionan las luces de freno, eso es una falta GRAVE", sentenció duramente, haciendo un círculo gigante sobre la palabra GRAVE, y continuó "por lo que tiene hasta el 18/03 del corriente para volver con su vehículo y las luces de freno del mismo arregladas; pasada la fecha no se le reconocerá el pago realizado, que tenga buen día".


Aunque la violenta palabra se me había incrustado en el pecho, así rojita como la escribí, y tenía malherido el ego y desinflada la confianza en mí misma y en todas las gestiones mecánicas de diversa índole que infructuosamente había llevado a cabo durante las dos semanas anteriores, me sonreí. Y pensé: "Tanto que decimos lo bien que nos vendría aprender de la sabia naturaleza, éstos del ITV me vienen a contaminar la teoría, subestimando las cualidades de supervivencia de los animales y, peor aún, comparándolos con la especie más animal de los animales"...Vivimos en una selva, eso está claro.

¿Te sueño o te pinto?

miércoles, 13 de enero de 2010
No logro discernir si es más placentero soñar un cuadro que pintarlo...

Serás ficción

martes, 12 de enero de 2010
Esta noche quiero soñar otra vez con vos. Así puedo, por un instante, como un fotógrafo, sacarte de la realidad y encontrarte nuevamente. Voy a conquistarte con ficciones. Voy a soñar con tu rescate, con esa noche en la que me salvaste de la locura y del desamor. Voy a soñar con tu mirada, con esos ojos que aún no se deciden qué color quieren ser. Con tu sonrisa dibujada, siempre a punto de convertirse en pura risa. Con ese aire de pibe simple que me desarma con simplicidades. Con todo lo que no supe de vos y con esas ganas de saber que me quedaron. Voy a soñar con los besos que no fueron, con las manos que no se tocaron, con el perfume que no derramé en tus sábanas, que me quedó lleno sobre mi repisa. A ver si al menos todo eso que no fue, me lo imagino en un sueño y lo convierto en ficción. Ya nos cruzaremos por ahí...

El Principio

lunes, 11 de enero de 2010
En un taller literario nos mostraron, a escondidas, una pintura a cada uno. La consigna era escribir lo que se había visto para luego adivinar la pintura sobre la que había escrito el compañero. Las pinturas hablan y también tienen mucho que decir, siempre hay, en sus pinceladas, una frase que se puede escribir. Es como una decodificación, siempre subjetiva, del objeto a través de los ojos del sujeto.
Si bien no soy amante de las pinturas y no tengo demasiada sensibilidad para ver en ellas más allá de lo que parecen decir, esas manos...algo me dijeron aquella vez.
ANTOLOGIA DE LAS MANOS
Se dibujan, se completan.
En el afán de alejarse no pueden evitar el accionar un roce...
Se pintan, se delinean.
Entre línea y línea, saben encontrarse.
No podrán separarse.
Se desdoblan, se entremezclan.
En su indefinida búsqueda hacen el intento de construirse entre las curvas.
Son ellas, esas que en sus variadas formas
se deslizan sobre la materia, transformándola,
rompiéndola y construyéndola.
Son esfímeras, son carnívoras.
Son audaces, son capaces.
Saben entrampar, saben entumecer.
Pueden titubear, pueden fraternizar.
Pero frente a sus diversas cualidades, a sus infinitas condiciones
se destaca esa primera, esa capaz de completar la materia:
Y es que en el lienzo de la vida, en su claroscuro, nadie mejor que ellas para matizar...
Año 2000

Lo difícil de empezar

Y tan difícil es que hace más de 30 minutos que estoy pensando en cómo empezar. Pero siempre se comienza de alguna manera, de hecho lo acabo de hacer.
Venía en el colectivo de regreso a casa y pensaba en cómo comenzar a decir ese algo que quiero decir, ese algo que no sé qué es ni cómo se dice, ni a quién decirlo, ni porqué decirlo. Y pensaba en cuántas veces quise decirlo sin saber la manera o el motivo. Ese mundanal adentro mío. Y la señora sentada que lleva una bolsa con algo adentro que se mueve, y qué le pasa a la gente que se ofusca porque desde la bolsa hay ruidos de gato, ¿qué culpa tiene el pobre gatito si no tuvo que pagar cospel?. Y el señor a mi lado que me respira en el cuello, cuyo cuerpo cansado por el tedio del día y de la rutina, vestido de traje y corbata, duplica los 38ºC de temperatura que azotaron a esta solitaria tarde de enero de la city cordobesa. ¿Y qué andarás haciendo ahora?. Y esos números del boleto, que si los sumo, juego a encontrar la inicial de tu nombre en el alfabeto para creer que estás pensando en mí. Y qué ganas de llegar a casa para tomarme unos mates y ver si en mi correo electrónico he recibido un mail de mi hermano que está en Perú. Y qué será del Principito que dibujamos con mis hermanitas? seguirá colgado en la pared de su cuarto?. Mi anillo, ese anillo redondo y verde que parece un mapa mundi físico, no político; ese anillo que dejé en la mesa y que no encuentro, creo que lo perdí. ¿Y cuántos eran los colores que tiene el arcoiris?. Y mi vieja, que más que de fierro está hecha de oro, que me banca mi mal humor al llegar a casa, o al irme o al quedarme, le mezquiné sonrisas últimamente, ella no se lo merece. Y qué dura he sido conmigo misma en estos días, sin saber perdonarme esos pequeños descontroles que tantas veces he deseado tener. Mis contradicciones. ¿Y qué habrá sido de ese sueño de viajar?. ¿O del cd del loco Sabina?. Y qué ganas de leer otra vez el Capítulo 7 en el que la Maga y Oliveira se funden en un beso sideral, que de tan bien descripto que está, se me activan los sentidos, y me parece que es un beso de color azul con matices de rojos, que suena a melodía desencadenada, sabe a manzana, huele a piel de mar, y siento que meto la mano en un tonel de uvas a punto de convertirse en vino. Miro mis uñas y recuerdo que tengo que limarlas. Mañana voy a salir a caminar bien tempranito. Pero con seguridad el trabajo que le hice a mi jefa estuvo bien hecho, aunque no me convenció el diálogo con ese cliente; no soy la que deseaba ni la que esperaba, estoy enojada conmigo misma, debería, debería ser....o hacer...o deber...o tener...Bahh ¿Y qué comeremos esta noche en casa?, está lindo para una ensaladita!. Y qué linda la sonrisa de ese hombre con la camisa celeste desabotonada que está amarrado del volante como si fuera un salvavidas en medio del océano, qué linda su sonrisa cuando le dije "Buenas tardes Sr. colectivero" y le entregué mi cospel. Y si sigo pensando en tonteras, me voy a olvidar de tocar el timbre para que el Sr. colectivero me abra la puerta en mi parada, pero cómo cuesta tocar el timbre con mi mano acalambrada. Cúanto revoltijo adentro mío, cúanto mar desconocido y sumergido. Diría mi sabio y viejo amigo: "Ese mar de fondo que hay en tu corazón". Hay un mar adentro de otro mar en la profundidad, hay un mar de ruidos silenciosos que mucho tiene que decir, que esconde un grito para el viento de la superficie que cree que el mar, por mostrarse apaciguado en su soledad, es un mar inexistente. Pero es, existe y mucho tiene que decir...