Ciudad - Desde Lima, capital de Perú

domingo, 8 de agosto de 2010
En un oído el auricular emite las canciones que me gustan escuchar; en el otro, el sonido de la ciudad, sus bocinas, el tímido cantar de un pequeño pájaro posado en el banco de una plaza, las frenadas de los autos, el rechinar de la comida haciéndose en la calle. Mi boca con gusto a Colgate matutino, anhelando degustar los más típicos sabores de la gastronomía del lugar, eso si el bolsillo lo permite, porque sino el anhelo seguirá siendo anhelo y habrá que reemplazar el sabor de la pasta dentífrica por un sandwichito al paso. Mis ojos se hicieron enormes de golpe, y lo pueden captar todo, hasta ven más allá, filman, fotografían, retienen, de pronto son multifuncionales, y hasta tienen ganas de regalar su mirada al que vende abarrotes, ese que nadie mira a la cara porque resulta más curioso lo que vende. Su cara…me sonríe. Camino por una ciudad desconocida, ella me invita a transitarla, sus olores, sus colores, sus sabores están ante mí para incorporarlos a mi esencia, la sensación no es gratuita, tengo que devolverle a la ciudad una valoración. Otra versión de la felicidad…

No robarás

sábado, 7 de agosto de 2010
Pueden robarme todo...menos mis pensamientos. Es lo más propio, privado, inalienable que tengo...